Miro por un momento hacia la luz de la farola y veo caer la lluvia como una cortina transparente golpeando ruidosa contra el suelo. Hace una noche fría y desapacible.
Enfundado en mí anorak con la cremallera subida hasta el cuello y bajo el paraguas camino lento disfrutando el sonido de las canales ahora, y un poco mas abajo el agua que dejan derramar las bocas de las gárgolas asomadas desde lo alto del palacio que da a la plaza de San Miguel.
Me han traído estos sonidos recuerdos de mil noches de invierno, a veces, tras los cristales. Unas con la directa luz de un flexo, rodeado de tinteros y góticas representaciones graficas. Otras tan solo con la luz que se deja colar por esos cristales desde la calle oscura.
No se ve a nadie. Así, alargare un poco mi recorrido disfrutando de la noche y de la tempestad.
Erik.

* Seguramente no recordaras esa calle.